Las personas trans cambian el mundo:
celebrando los orígenes del Orgullo

Ben & Jerry's ice cream cone in a heart with Pride rainbow stripes

Nos encanta el Orgullo. Nos chiflan las manifestaciones y las fiestas. Nos enamora ver banderas del arco iris por todas las ciudades. El Orgullo es siempre un día de celebración, diversión, de amor y de reivindicar la libertad de ser quien somos. 

Pero hoy, queremos echar la mirada atrás, antes de las celebraciones, las banderas y el Orgullo.

Queremos recordar como empezó el movimiento y reivindicar el liderazgo de las mujeres negras trans que lo hicieron posible. 

¿Qué pasó esa noche de 1969?

En los Estados Unidos de esa época era ilegal que dos personas del mismo sexo se dieran la mano por la calle, se dieran un beso o se vistieran con ropa que se identificara con el sexo contrario. La comunidad LGBTI+ tuvo que buscar espacios privados donde expresar su identidad y vivir su sexualidad con más normalidad.

En 1969, Stonewall Inn era un espacio para la comunidad LGBTI+ que se había convertido en un popular sitio de encuentro en Nueva York.

Las redadas policiales eran comunes, pero gracias a la influencia de la mafia, los propietarios del local sabían cuándo se iban a dar. Sin embargo, el 28 de junio no hubo aviso y la policía golpeó a las personas asistentes. Hartos de las persecuciones, aumentó la tensión. 

Reivindicamos a las heroínas Trans

Marsha P. Johnson,  una mujer trans negra, celebraba ese día su 25 cumpleaños en Stonewall. Era una activista trans, drag queen y defendía los derechos de las personas con VIH. Fue de las primeras en resistirse a los arrestos de esa noche.

Sylvia Rivera, amiga de Marsha y cofundadoras de Street Transvestite Action Revolutionaries, un grupo que apoyaba a personas jóvenes que habían sido rechazadas por sus familias. Sylvia lanzó una de las primeras botellas. 

Y siguieron más botellas. Y ladrillos. Otras personas se unieron a Marsha y a Sylvia, y pronto las protestas se convirtieron en protestas continuadas. Centenares de personas se unieron aquella noche, para acabar reuniéndose una noche tras otra, sin parar. Aunque Stonewall no derivó immediatamente en un cambio, sí que impulsó el movimiento LGBTI+ que hoy día sigue reivindicando esos alzamientos a lo largo y ancho de todo el mundo.

Un movimiento global

En los próximos años la homosexualidad dejó de ser un crimen en Canadá, Austria, Costa Rica, Finlandia y Noruega. Suecia fue el primer país en permitir la cirugía de reasignación de género. El Colegio de Psiquiatría Federal de Nueva Zelanda fue el primer grupo en declarar que la homosexualidad no era una enfermedad... y los avances continúan. 

Aun queda mucho por hacer

Incluso dentro del movimiento LGBTI+, las historias como las de Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera no se cuentan con frecuencia. Pero afortunadamente eso ha comenzado a cambiar y la ciudad de Nueva York está inmortalizando a ambas en un monumento que se instalará cerca del Stonewall Inn.

Este es definitivamente un símbolo para el progreso, pero aún hay mucho trabajo por hacer. Aunque en España haya una gran fiesta del Orgullo en las principales ciudades, sigue habiendo un largo camino por recorrer en las ciudades, pueblos y comunidades rurales.

Los derechos de las personas transexuales están amenazados en todas partes, y aunque una estatua en los Estados Unidos es bienvenida, es insuficiente.  Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera fueron unas heroínas y le ha costado al mundo 50 años conocer su historia. Hay muchas más heroínas transgénero que trabajan hoy por la justicia y la igualdad; heroínas que no tendrían que esperar tanto para ser vistas y escuchadas.

¡Actúa!

Tómate un tiempo para conocer la historia del Orgullo, habla con personas LGBTI+, defiende sus derechos en tu entorno y únete a las protestas, acciones y colectivos durante el resto del año.